Sentimientos
"Le temblaban las manos cuando tuvo que elegir, estaba muy nerviosa. No sabía
cuál escoger, ¿el conejito rosa o el osito? Una elección sin mucha relevancia,
pero que la hacía pensar mucho. Llegó al hospital, respiró profundamente para
tratar de calmarse y cuando lo consiguió se acercó a recepción donde hizo las
averiguaciones pertinentes, y luego tomó rumbo a la habitación. En la puerta volvió
a tomar aire, llamó y entró. Saludó a su tía y le dio la enhorabuena y entonces
la vio... Allí estaba, en el nido, tan chiquitina, tan linda... Lucía... Así
iban a llamar a su ahijada... Lucía...
Dentro de ella sucedían mil cosas mientras miraba a la pequeña dormir
plácidamente. No podía dejar de mirarla... Su naricilla, sus ojitos, su boquita,
sus manitos... La miraba con atención porque deseaba grabar aquel momento en su
mente. Siempre querría recordar el primer momento en el que había visto a su
ahijada por primera vez. También se imaginó años después contándole cómo había
sido aquel día, todo lo que había pensado o sucedido, pero aún quedaban muchos
años para todo aquello...
Le preguntaron si quería cogerla... ¡Claro que quería! ¡Lo estaba deseando! Cogió
a la pequeña y la puso contra su pecho. Ahora, más de cerca, podía ver mucho
mejor lo preciosa que era y algo dentro de ella despertó... Pensó en un futuro
en el que quizá también tendría hijos... Le encantaría formar una familia con
el hombre que ama, pero aquello todavía estaba muy lejos, quizá no llegaría
nunca y no quería pensar en ello en aquel instante. Ahora sólo quería disfrutar
de Lucía. De lo perfecta que era, de lo reconfortante que era sentir el calor
de su cuerpecito y notar en su pecho el latir del corazón de aquella diminuta
personita, que apenas en una fracción de segundo le había robado el corazón...
En silencio le prometió que siempre estaría a su lado, que la querría como a
una hija y que velaría porque nada malo le ocurriese... También le prometió que
cuando lo necesitase siempre tendría un cuento para ella, y que le mostraría
mil mundos maravillosos que nadie más conocía... Le enseñaría el amor por los
libros y poco a poco trataría de despertar en ella la pasión por la
escritura, porque así cuando necesitase escapar, siempre tendría un mundo
mágico al alcance de su mano, y podría llegar tan lejos como su bolígrafo y su
imaginación pudiesen llevarla...
Se despidió de ella y en cuanto llegó a su casa encontró en su mesita de noche
aquella primera frase y algo la impulsó a escribir todos sus sentimientos y
pensamientos en este relato... He conocido a mi ahijada y nada más verla ha
hecho que me plantee la vida de otra forma. Voy a luchar. Por ella... Por mí...
Por la vida..."
*Frase del "Fantasma".
*Frase del "Fantasma".