¿Qué está pasando?
“-El hombre de negro huía a través del desierto y el pistolero iba en pos de
él. ¡Menuda
mierda!
Aarón tiró la bola de papel que acababa de hacer al suelo. Se llevó las manos a
la cabeza y se acarició las sienes. Después se fijó en todo el montón de
pelotitas de papel que rodeaban la papelera. No le salía escribir nada de nada.
El Señor de las Historias se la había jugado bien escogiendo justo aquella
frase. Por qué la habría enviado? En su momento le pareció gracioso, pero ahora
que tenía que escribir con ella ya no le parecía tan buena idea…
-Aquí todo el mundo va a su bola, menos yo que voy a la mía… Y yo pensando que
Yas y la gallega nos habían hecho una putada con la frase ¡y ya ves! A la
semana siguiente voy yo y lo redondeo… Voy a conectarme un rato a ver si me
despejo, y luego encuentro la inspiración. Joder, las 4 de la mañana. ¿Habrá
alguien a estas horas?
-Hola socio, ¿cómo estás?
-¡Hombre Hell! Pues nada, aquí pasando un bache de inspiración.
-Tranquilo, que la inspiración siempre llega. A veces tarda, porque no sólo te
visita a ti, ¡que va! Tiene que visitarnos a todos y a veces cambia la ruta,
para llegar antes hasta otros, ¿sabes?
-Pues eso espero amigo. Porque es mi frase y quisiera escribir algo, pero como
sigamos así…
-Ya verás como mañana ves las cosas de otro modo. Y ale, a dormir, que ya es
muy tarde…
-Hasta mañana socio.
Apagó el MSN y se fue a acostar, pero no fue capaz de dormirse, así que cogió
una libre y un bolígrafo y trató de ponerse con la frase una vez más.
-El hombre de negro huía a través del desierto y el pistol…
Antes de darse cuenta ya se había quedado dormido con la luz encendida y muy
pronto la libreta cayó al suelo. Por la mañana le despertó el sonido del móvil,
que vibraba estrepitosamente sobre la mesita de noche, cerca de aquella
figurita de Elvis…
-¿Quién será a estas horas? ¡Anda! Pero si son las 12.10… Siesjke… Mira…
Niobiña… Buenos días Alejandra, que…
-Dios mío Aarón – dijo entre sollozos – Es horrible… Lo… lo acabo de ver… No
pue… puede ser…
-Ey, ¡tranquila! A ver, ¿que ha pasado?
-El telediario… La televisión de Galicia… Hoy… ¡No puede ser!
-¡Joder! ¿Qué coño pasa? Me estás asustando, ¿vale? Respira hondo, ordenada las
palabras, y luego dímelo.
-Lo siento – respiré hondo y continué – Bea… Tressa ha muerto…
-¿Qué? – dijo dando un respingo en la cama – Pero, ¿cómo? ¿Cuándo? ¿Qué ha
pasado?
-Acabo de verlo en el telediario… Al principio no le dí mucha importancia a las
letras B.G.D., pero cuando empezaron a decir que la TVG estaría de luto por su
muerte llamaron mi atención… Luego explicaron que era uno de los señuelos del
nuevo programa de cámara oculta que todavía está por estrenar, y de repente,
como un rayo vino a mi cabeza… Beatriz García Durán… - y rompí a llorar.
-Tranquila, puede ser una coincidencia, nada más… Venga, no llores hasta que
sepamos algo seguro, ¿si?
-Ya es seguro – dije sonándome la nariz – La llamé al móvil y me contestó su
madre… Sólo con oírla llorar no me hizo falta nada más… Quisiera pedirte un
favor…
-Dime lo que sea nena…
-Díselo a la gente, ¿vale? Yo no me siento con fuerzas…
-No te preocupes… Yo me encargo… Tú ahora tranquilízate… Mañana te llamo para
saber que tal estás, ¿si?
-Vale, y gracias.
-No te preocupes pequeña… Descansa…
Colgó el teléfono y se quedó inmóvil en la cama… No podía creérselo… ¿Y cómo…?
Ahora que se daba cuenta, no le había preguntado como había muerto… Se levantó
rápido de la cama y se vistió lo primero que encontró en el armario. Saldría a
comprar el periódico. Si había sido algo fuera de lo normal alguien diría algo.
-Buenos días, el Marca como siempre, ¿no?
-No, hoy no… Hoy me llevo el Mundo… Y bueno, ¡el Marca también!
Se sentó en una terraza. Puso el Marca a un lado y comenzó a devorar el otro
periódico, y allí lo encontró: “Se ha encontrado en un descampado en Vigo,
(Pontevedra) el cadáver de la joven B.G.D., las primeras investigaciones
apuntan a un posible robo frustrado que…”
-Dios…
Aarón puso en conocimiento de todos aquellos que pudo lo sucedido. Nadie daba
crédito a todo aquello. Aquella semana la página lució un crespón negro en
conmemoración de Tressa, y todos los cuentos que se publicaron comenzaron con
la frase que ella tenía en su perfil: “La vida no es más que un gran telón.”
Un par de semanas más tardes todo parecía haber vuelto a la normalidad. Nadie
podría olvidar lo sucedido, pero sólo se podía seguir adelante… Una noche como
tantas otras, algunos Cuentacuentos charlaban por el MSN en una de esas
conversaciones multitudinarias…
-Sí, tenemos que seguir adelante con nuestras vidas – dijo Jara.
-Tenemos que hacerlo, nadie ha dicho que fuese fácil – añadió Klover.
-A ver, no me malinterpretéis… Yo no digo que sea fácil olvidar todo esto, sólo
digo que no debería afectarnos tanto… - contestó Mundoyas.
-¿Que debería no afectarnos? – dijo Níobe – ¿No debería afectarnos que hayan
matado a una amiga nuestra?
-Tranquila Niobiña, no quería decir eso – aclaró Aarón – Yo creo que es normal
que nos afecte, era nuestra amiga, pero debemos continuar adelante… Por ella…
-Yo también lo creo así – expuso Ninivé – Tenemos que apoyarnos todos…
-Lo siento… - suspiró Níobe – Estoy algo susceptible…
-Tranquila nena – respondió Larisa – Es normal que estés así con…
-¿Con que? – preguntó Beleita – ¿Porqué dejas las frases a medias?
-Me ha parecido escuchar un ruido en casa…
-¿Estás sola? – dijo Pistachita – Seguro que ha sido una mala pasada de tu
imaginación…
-Sí, estoy sola en casa…
-…
-¡Joder! Otro ruido…
-Venga Larisa, relájate – le instó Beleita – No pasa nada…
-Mierda, ahora ha sonado más cerca… Voy a ver que ha sido… Vengo ahora…
-¿Cómo que vas a ver? – dijo Ninivé – ¿No sabes que los que dicen ahora vengo
ya no vuelven?
-Venga, no vayamos a ponernos paranoicos, ¿vale? – dijo Aarón tratando de
calmarnos… - Sólo son ruidos sin importancia… ¿Verdad, Larisa?
-¡Lari! – llamó Klover.
-Venga Laura, no hagas el tonto ¿quieres? – añadió Pistachita.
-¡No estamos para bromas! – exclamó Beleita.
-¡Joder! El puto gato de la vecina… ¡Que susto!
-¡Ves como no era nada tonta! – dijo Mundoyas.
-Tenemos que hacer lo que dice Jara, estar tranquilos y tratar de superar esto
lo mejor posible… - añadió Aarón.
-Por cierto, ¿y Jara? ¿Cuando se ha ido?
Nadie supo más de ella aquella noche. A la mañana siguiente supieron que se
había ido la luz en su piso, y como ya era muy tarde había decidido irse a
dormir sin avisar a nadie de lo que había pasado… Aarón volvía de hacer la
compra y se encontró una carta para él, pero le extrañó que en vez de estar en
el buzón, alguien la hubiese pasado por debajo de la puerta… La abrió y
encontró un papel escrito con letras recortadas de revistas: “El próximo será
de CC”. No entendía nada, hasta que buscó dentro del sobre y encontró una foto.
Una sensación de mareo invadió todo su cuerpo. Dejó caer la bolsa que aún tenía
en las manos rompiendo así una botella de tabasco, y se derrumbó en el suelo
sin poder articular ni una sola palabra… Vio la foto una vez más para
asegurarse… Estaba claro, no había lugar para las dudas… Era Brian… Estaba
tirado en el suelo, sobre un enorme charco de sangre que emanaba de su pecho…
Sobre su cuerpo y a su alrededor un montón de hojas tintadas con el rojo rubí
de su sangre, al lado de su cabeza, las tapas vacías del libro que ganó en el
concurso de San Valentín de Cuentacuentos.
Se echó a llorar. No pudo evitarlo, así como tampoco pudo aguantar las náuseas
que pronto se apoderaron de todo su cuerpo. Cuando creyó estar lo
suficientemente bien llamó a la policía y les explicó lo ocurrido. Le hicieron
muchas preguntas y tomaron muestras de sus huellas para descartarlas de las que
encontrasen. Ahora Brian también estaba muerto… Dos Cuentacuentos en tres
semanas, y además estaba aquella horrible advertencia…
“EL PRÓXIMO SERÁ DE CC”
¿Pero porqué
le habían enviado aquello a él? ¿Quién podía ser tan cruel de hacer algo así? Llamó
por teléfono a Jara, y le contó lo sucedido. Ella no salía de su asombro,
incluso se negaba a creerse que todo aquello estuviese pasando… ¿Por qué ahora
que todo parecía ir bien?
-¡Que le sonría a la vida su puta madre! Porque está visto que cuanto más la
sonríes, ¡más viene la muy cabrona y te jode! – dijo a gritos y entre sollozos.
Tratando de no armar mucho revuelo fueron avisando al resto de los
Cuentacuentos, y la página volvió a cubrirse bajo el negro crespón de la
muerte, y aquella semana la frase en honor a Brian también salió de su perfil
“Please, let me be no more no less than a beautiful mess”. Una frase en inglés,
pero salieron relatos que jamás imaginaron escribir… Aarón había perdido todos
los ánimos. Dos Cuentacuentos habían muerto. La gente estaba asustada, y eso
que no conocían la existencia de aquella nota que venía junto a la foto de
Brian… No sabía que hacer… Si se lo contaba a la gente cundiría el pánico y
ahora mismo es lo peor que podría suceder.
Estaba en el salón de su casa, sentado frente a la pantalla del ordenador,
cuando el sonido característico del MSN lo sacó de sus pensamientos. ¿Cuando lo
había encendido? Y justo en ese momento apareció en la barra de tareas esa luz
anaranjada acompañada de aquel sonido que le indicaba que le habían hablado.
-¿Quién me hablará? Bufff… Hola Niobiña, ¿que tal?
-¿Como quieres que esté? Si te digo la verdad, pensé que lo de Bea había sido
un accidente, de verdad que me lo creí, pero después de lo de Brian y que te
enviasen la foto… Tengo miedo, ¿sabes? Tengo la sensación de que me están
vigilando y de que ninguno de nosotros estará a salvo…
-Ya… - ¿se lo diré? Pensó… - Hay algo más que no le he contado a nadie…
-¿Qué? ¿Qué ha pasado? ¿Ha muerto alguien más?
-No… no…
-Pues joder, ¡dilo ya! Me estás poniendo nerviosa…
-Bien… Con la foto de Brian vino una nota escrita con letras recortadas de
revistas y periódicos…
-¡No jodas!
-Si… Una amenaza muy clara…
-¿Tampoco se lo has dicho a la policía?
-A la policía si… A los Cuentacuentos no… No quería armar más revuelto…
-¿Por qué? ¿Qué ponía?
-Espera que te lo paso, que antes de dárselo a la policía lo escaneé…
Buscó entre sus archivos aquella nota que cada vez que la leía hacía que todo
su cuerpo se congelase… No estaba seguro de querer enviárselo, no quería
asustarla, pero ya se lo había contado. Ya no le quedaba otra opción…
-Ahí te va…
-Bueno, pero mientras llega, dime… ¿Tan grave es lo que pone?
-No quiero decírtelo, quiero que lo veas por ti misma, sólo te diré que creo
que un asesino anda detrás de todos nosotros…
-¿Qué? Espera que ya ha llegado…
-Vale.
-…
-¿Qué!?
-…
-Niobiña, ¿estás bien?
-¡Joder! ¿Pero qué mierda es esto? Has hecho bien en no enseñárselo al resto…
Porque esto da mucho miedo cielo…
-Ya lo sé… Lo que no entiendo es porque me lo enviaron a mí…
-No sé…
-Y eso de “El próximo será de CC”. Los dos que han muerto ya son de CC… La
única explicación que le encuentro es que nos quieran avisar de que no han sido
muertes al azar…
-“El próximo será de CC”… Será de CC… ¡Joder! ¡CC!
-Sí CC, CuentaCuentos…
-De CC… ¡Será hijo de puta! ¡Aarón tengo que dejarte! ¡Ahora no hay tiempo de
que te explique nada!
-¿Pero que…?
-¡Agur! – y se desconectó.
-¿Qué le habrá pasado a Níobe? ¿Y porqué tanta prisa? Esto no me da buena
espina - pensaba Aarón.
Y allí estaba, con la ventanita del MSN aún abierta y aquel letrerito sobre
fondo amarillo que ponía: “Es posible que Niobiña no conteste, su estado es No
conectado”. Algo había sucedido, algo de lo que él no se había enterado y
quería saber el que… Abrió el archivo que contenía la nota… Todo había sucedido
después de enseñarla. La vio una y mil veces y le pareció tan carente de
significado importante como la primera vez… No sabía que hacer. La llamó y no
le contestaba al teléfono, así que no le quedaría más remedio que esperar a que
ella diese señales…
Sólo habían pasado 8 horas desde la conversación que Níobe había tenido con
Aarón y ya casi estaba llegando a su destino. Todo había sido muy frenético.
Salir corriendo, comprar un billete de avión, el que antes saliese, llegar a
Madrid y cogerse un autobús que la llevase a su destino… Eran casi las 18.30 de
la tarde, y sólo esperaba llegar a tiempo… Saltó del autobús y corrió cuanto
pudo hasta la calle Gil Cordero… Allí era… Llamó al timbre y le abrió la puerta
una mujer que supuso era Mariví.
-Buenas tardes… Me llamo Alejandra, soy una amiga de Mj… De su hija. ¿Está en
casa?
-¡María José! ¡Tienes visita! – y dirigiéndose a ella le dijo – por el pasillo,
la segunda puerta a la derecha.
-Gracias.
Avanzó por el pasillo lo más rápido que pudo sin levantar sospechas… Podía oír
un par de voces que salían de la habitación…
-Sí, mirad lo que me acaba de enviar por correo el Señor de las Historias…
-Una colonia… ¿Y que tal huele? Es que Candela me regaló una que olía a rayos.
-No lo sé… Aún no la he probado… Mi madre acababa de darme el paquete cuando
llegasteis vosotras…
-¡Pues vamos a probarla! Y para tu información Antonia… Olía a rayos porque
casi te pones más de medio bote y era un perfume, ¡no una colonia!
Mj se disponía a pulverizarse la colonia cuando Níobe entró en la habitación
corriendo y se abalanzó sobre ella quitándole el frasco de la mano.
-¡No te pongas eso! ¿Estás loca? – y al mismo tiempo lo tiraba al suelo.
-¡La loca eres tú! ¿Qué coño haces en mi casa?
-Salvarte de eso… - dijo señalando al suelo.
El frasco se había roto al impactar contra el suelo, y en el lugar en el que se
había esparcido su contenido brotaban pequeñas burbujas sobre la alfombra.
Despedía humo y al rato en aquella zona ya no había alfombra… Sólo se veía un
hueco y la madera que comenzaba a ser roída con aquel líquido…
-¿Pero qué?
-Eso no te lo ha enviado el Señor de las Historias… Te lo ha enviado la misma
persona que mató a Tressa y a Brian.
-¡Dios! ¿Pero tú como lo sabías?
-Por una pista que le enviaron a Aarón junto con la foto de Brian “El próximo
será de CC”. Al principio yo también pensé que CC era Cuentacuentos… Pero ya
habían muerto dos… Y entonces caí en la cuenta… CC es la antigua matrícula de los
coches de Cáceres… Y pensé en ti…
-¿Cuando tuviste esa charla con Aarón?
-Esta mañana, a eso de las 11 de la mañana…
-¿Y saliste en mi auxilio? ¿Así de repente?
-Bueno… si…
Mj se abrazó a Níobe como si hubiese vuelto a nacer… Y en cierto modo así había
sido. Ella había recorrido media España para salvarla y le parecía increíble…
Níobe cogió el teléfono.
-¿A quién llamas ahora? – preguntó Mj.
-A Aarón, esta mañana le dejé con la palabra en la boca y… Sí, ¿Aarón? Hola ¿que
tal?
-¿Que qué tal? ¡Fatal! ¿Qué coño ha pasado esta mañana? ¿A dónde has ido con
tanta prisa?
-Estoy con Mj…
-¿Con Mj?
-Sí, en Cáceres…
-¡Claro! CC, Cáceres… ¿Está bien?
-Sí, se ha salvado por poco, pero por suerte está bien…
Le contaron toda la historia con calma y casi no podía ni creérselo… La había
salvado por poco… Ésta vez todo había salido bien, pero quien les decía que no
volvería a pasar algo así… Ellos no podían evitarlo en todo momento. Además
después de esto a lo mejor no volvían a recibir ningún mensaje… Muchas
preguntas y muy pocas respuestas…
-¿Y ahora que hacemos? – dijo Aarón. – ¿Qué
paso tenemos que dar?
-¿Nosotros? Ninguno… – respondió Níobe – Sólo podemos esperar. Yo de momento
tengo que volver a casa, mañana trabajo… ¿Me haces un favor?
-Dime.
-Avisa a todo el mundo de esto que ha pasado. Pídeles que anden con cuidado y
que vigilen todo a su alrededor… ¿Lo harás?
-Sí, tranquila, lo haré…
-Gracias.
Níobe inició el camino de regreso a casa, tenía unas largas horas por delante
para poner las cosas ordenadas en su mente. Habían pasado muchas cosas y quería
hacerse una visión global antes de que todo avanzase más… Aarón por su lado fue
avisando a la gente. Lo primero que hizo fue ponerlo en conocimiento de Javi,
Beleita y el SdlH, para que ellos hiciesen lo que creyesen necesario para
avisar a todo el mundo sin que cundiese el pánico… Sin crear una situación
extrema de pánico.
Pasaron unas semanas muy tensas para todos. Nadie estaba tranquilo, pero poco a
poco todos fueron olvidando lo que había sucedido… Casi todo había vuelto ya a
su curso y podían respirar tranquilos… Aarón estaba en su casa hablando con
Hell por el MSN, hablaban de todo lo sucedido y de cómo les estaba afectando…
La verdad es que todos habían cambiado mucho con todo lo sucedido…
En la Plaza Mayor
estaban Jara, Pistachita y Larisa hablando… Habían quedado allí… Aquel lugar
les traía buenos recuerdos de paseos, conversaciones y confidencias con otros
Cuentacuentos. Y bueno, allí estaban una vez más para reunirse con otros
Cuentacuentos. A lo lejos vieron entrar en la plaza a un chico que miraba
tímidamente a todos lados y al rato le reconocieron… Tenía que ser Ninivé! Le
llamaron haciendo gestos en medio de la plaza y él se acercó, suspirando
aliviado por haberlas encontrado…
-Killas, que pensé que no os encontraba…
-Quedamos junto a la estatua de Felipe tres palitos, ¿no? Pues aquí estamos… -
dijo Larisa sonriente.
-Anda, exagerado… Hubiésemos tardado más o menos, pero encontrar nos habríamos
encontrado… - añadió Pistachita.
-Si – susurró Jara – Por cierto, ¿no os parece raro que Aarón no hubiese
llegado aún? Voy a llamarle, a ver si le esperamos aquí o nos vamos a tomar
algo y que nos encuentre luego…
Aarón continuaba charlando con Hell y hacían conjeturas sobre quien podía
querer hacerles algo así… La verdad es que no podían imaginarse que una persona
pudiese ser tan retorcida… Y en ese momento le sonó el teléfono.
-Dime Jara, ¿qué quieres?
-¿Cómo que qué quiero? ¿Dónde estás?
-Estoy en casa charlando con Hell por el MSN.
-¿En casa? ¿No te das cuenta de la hora que es?
-Sí, son las 11.30, ¿y?
-¿Cómo que, y? Que estamos en la
Plaza Mayor esperándote…
-¿Esperándome? ¿Es que habíamos quedado? Pues no me has dicho nada…
-¿Qué? Si has sido tú el que nos ha citado aquí…
-¿Yo?
-¿No has sido tú? Dios…
Por la cabeza de Aarón comenzaron a pasar mil pensamientos. Unos se
atropellaban a otros. No podía ser… ¿Quiénes estaban allí? ¿Quién les había
citado? No importaba, ¡tenían que salir de allí cuanto antes!
-Aarón, ¿qué pasa? Joder dime algo… - gritó Jara.
-¡Salid de ahí inmediatamente! Yo no os he citado, seguro que ha sid…
Entonces Aarón escuchó un fuerte ruido y se cortó la comunicación. ¿Qué coño
había pasado ahora? ¡Joder! Ellos en la Plaza Mayor y él en Parla sin poder hacer nada…
Le contó a Hell lo que había pasado y no supo cómo reaccionar. Ninguno de los
dos sabía que hacer… Necesitaban saber que es lo que había ocurrido, pero no
había forma de ponerse en contacto con Jara… El tiempo transcurría muy
despacio, cada segundo se hacía eterno…
-¡Mierda! – dijo Hell.
-¿Qué pasa socio?
-Será hijo de… Pon la televisión…
Aarón se abalanzó sobre el mando y se encendió la pantalla… Telemadrid dando un
parte urgente… Habían sido víctimas de otro atentado… Había estallado una bomba
en la Plaza Mayor …
Había destruido la estatua de Felipe III… Había muchos heridos y se hablaba de
al menos de 4 muertos…
Aarón se derrumbó por completo… Aquello era superior a sus fuerzas… Escuchó la
ventanita del MSN hacer su ruidito característico y vio el nombre de Hell
iluminado, pero necesitaba tomarse unos minutos… Cuando creyó estar lo suficientemente
calmado se acercó al ordenador y abrió aquella conversación. Sus ojos se
posaron sobre la última frase…
-Ninivé, Jara, Pistachita y Larisa… Todos muertos…
-¿Cómo sabes quienes han muerto?
-Porque yo les cité allí…
-¿Tú? Hell, ¿que has hecho? Por qué…
-Aún no lo has entendido, ¿verdad? No soy Hell… Y yo que tú iba a mirar en el
correo… Quizá haya algo de tu interés…
Y entonces desapareció… Aarón salió corriendo a por el correo. Había una carta
para él… Sus manos temblaban, suspiró hondo y la abrió… Otra nota hecha con
letras recortadas y otra foto… Suspiró para calmarse y le echó un vistazo… En
la foto se podía ver a Hell amordazado y atado… Parecía un lugar muy estrecho y
no parecía tener buena cara… Entonces vio la nota…
“HACE UNOS DÍAS
RECIBISTE ALGO QUE LE
SACARÍA DE AHÍ…
SEGURO QUE NO LE HAS
DADO LA IMPORTANCIA
NECESARIA…”
¡Dios! No podía ser… Dejó caer la foto y la nota al suelo y corrió a su
habitación… ¿Donde había puesto aquel extraño paquete que le había llegado
hacía dos días? ¡Joder! ¿¡Donde!? Empezó a buscarlo desesperadamente. Tiraba la
ropa por el aire, los libros al suelo, nada importaba… Tenía que encontrar
aquella caja como fuese… En poco tiempo su cuarto se había convertido en el
centro del caos… Todo tirado por el suelo, pero él no cejaba en su empeño de
encontrar aquella dichosa cajita… Buscó encima del armario… Tiraba al suelo
todo lo que encontraba si no era lo que buscaba… Allí encima estaba también su
juego del trivial… Cogió la caja y la levantó para tirarla al suelo, pero no
pudo… Bajo de la silla y suavemente dejó el juego sobre la cama…
-El trivial no puedo tirarlo por el suelo…
Y volvió a subirse a la silla para terminar de ver lo que tenía encima del
armario… Y tras mucho rebuscar encontró lo que estaba buscando… Aquella cajita
que le había llegado hacía un par de días… Y que había guardado allí sin darle
mucha importancia… Abrió otra vez aquella cajita y vio de nuevo en su
interior…Un papel escrito a mano que ponía “C/ Josep Tarradellas” nada más, y
en el fondo de la caja una llave… Ahora todo comenzaba a tomar otros matices…
Allí debía de estar encerrado Hell.
Tenía que ir a salvarlo, pero ¿solo? Sería un suicidio ir solo viendo todo lo
que había conseguido hacer aquel asesino. Cogió el móvil y se quedó parado en
medio de su habitación que más parecía ahora el emplazamiento de alguna guerra
cruenta… Se quedó un rato pensando en si llamar o no… No quería ir solo, pero ¿meterla
a ella? ¿No sería eso aún peor? Aunque pensándolo bien ella ya había ido en
auxilio de Mj sin temer nada y ahora lo que necesitaba era que alguien pusiese
valor a lo que había que hacer, así que cogió aire y marcó el número de
teléfono y esperó a que le contestasen.
-Hola nena… Tengo que decirte algo y proponerte una cosa…
-¡Oh! Bueno… Dime…
-No sé por donde empezar… bufff… Ha explotado una bomba en Madrid…
-¿Qué? ¿Otro atentado?
-No, ha sido obra de quien está detrás de nosotros…
-¿Y quién… ha… ha muerto? – preguntó Níobe casi entre sollozos.
-Lo siento miniña… De verdad que lo siento…
-¿Quién?
-Jara, Larisa, Pistachita y Ninivé…
-¿Qué? ¿Todos ellos? Pero… ¿Porqué nos hace esto?
-Tengo algo más que decirte…
-¿Algo más? No creo que pueda ser peor ya… - y no pudo aguantar sin echarse a
llorar.
-Tiene a Hell…
-Tiene a… ¿Cómo lo sabes?
Entonces Aarón le contó todo lo que había sucedido. Que le había llegado ese
paquete hacía unos días, pero que no le había dado la mayor importancia y todo
lo nuevo que había pasado…
-Y si no me equivoco me llamas para que vaya contigo, ¡no?
-Si… Mi intención era esa… - dijo tímidamente.
¡-Te acompaño! Ya crucé media España para salvar a Mj y por Hell tengo
que hacer lo mismo…
-¿Cómo hacemos?
-Yo me cojo el primer avión que pueda hacia Barcelona, haz tú lo mismo, nos
vemos allí…
-Vale, nos vemos.
-¡Aarón!
-¿Que?
-Ten mucho cuidado, ¿quieres?
-Muy bien, ten cuidado tú también pequeña…
Cinco horas después Níobe y Aarón salían del aeropuerto de Barcelona camino de
la calle Josep Tarradellas… No sabían en que número, ni en que puerta, pero
estaban dispuestos a ir edificio por edificio, puerta con puerta hasta dar con
él. Tuvieron que preguntar como llegar hasta allí y les indicaron dos caminos…
Decidieron ir por el más largo porque parecía más seguro… Caminaban rápido,
juntos, acompasando sus pasos, y cada vez que escuchaban algo sospechoso se
paraban para mirar en todas direcciones. Nadie podía asegurarles que aquello no
fuese otra trampa, pero no podía perder el tiempo en averiguarlo…
Parecía que ya casi estaban llegando, les faltaban sólo un par de calle más, y
justo tenían que cruzar por un callejón estrecho y oscuro… No querían pasar por
allí, pero tampoco podían dar vuelta… ¿Qué pasaría si se perdían? Así que
tomaron aire, se cogieron de las manos y entraron en el callejón a paso
apurado… Casi al llegar al centro un sonido detrás delante de ellos los hizo
frenar en seco. Retrocedieron un par de pasos, iban a dar vuelta, pero a sus
espaldas otro ruido les sobresaltó… Estaban atrapados, no tenían por donde
huir…
Níobe estaba muy asustada. Aarón lo notaba en sus ojos y la abrazó para tratar
de calmarla, aunque estaba seguro de que podría notar como él también temblaba.
Otro ruido más y la apretó más fuerte contra él… Ella levantó la vista para
verle, sus miradas se cruzaron, se estiró y le besó. Él no supo reaccionar y
cuando lo hizo ya era demasiado tarde. Había notado un pinchazo en un costado. Níobe
se separó de él, viendo como el tranquilizante empezaba a hacer efecto.
Esperaba haber calculado bien la dosis… Necesitaba uno fuerte para poder dejar
a Aarón fuera de combate, era un chico fuerte y podría darle muchos problemas,
pero tampoco quería matarle… Él se apoyó en la pared y sus piernas empezaron a
fallarle. La miraba allí delante de él, con la jeringuilla en la mano. Quería
hablar, pero no era capaz de emitir ningún sonido…
-Lo siento Aarón, de veras que lo siento… Pero no había otra forma…
Estaba en la terraza de aquel bar temblando como una niña pequeña mientras
miraba con curiosidad al editor…
-¿Qué le parece? Sólo es un esbozo, queda desarrollarlo y escribirle un buen
final…
-Me parece que puede llegar a ser una gran historia… Para nuestra próxima
reunión quiero que me lo tenga un poco más desarrollado, con más detalles y
quiero un final, un buen final…
-¡Perfecto! Lo tendrá… No se arrepentirá de haberme dado esta
oportunidad…
-Sólo una cosa…
-Dime…
-No deseches la idea de una segunda parte… Piensa en eso al escribir tu final…
-Muy bien. Muchas gracias…
¡No podía creérmelo! ¡Quizá fuesen a publicar mi primer libro! Había trabajado
muy duro para ello. Había dejado a mis amigos, mi familia y mi trabajo en Galicia
para mudarme a Barcelona, aquí tendría más oportunidades, y no me equivoqué… Llegué
a casa y dejé el bolso en el sofá… Necesitaba hablar, contarle aquello a
alguien… Caminaba por el pasillo de mi casa con las palabras del editor todavía
resonando en mi cabeza. Entré en la habitación del fondo, encendí la luz y dejé
mi chaqueta sobre la cama…
-Aarón, no me mires así… ¡Hoy no! ¡Nuestro libro va a ser un éxito!
-¿Nuestro libro? – dijo desde la cama en la que estaba atado.
-Claro, nuestro… De todos los que hemos participado en él…
-¡Yo no quiero tener nada que ver con tu mierda de libro!
Entonces escuchamos la puerta del piso. Y unos pasos que se acercaban por el
pasillo hacia la misma habitación en la que nos encontrábamos…
-¿Quién está ahí? – dijo Aarón -¿Quién más hay en la casa?
-Jajaja… ¿De verás pensabas que podía haber echo todo esto yo sola? En verdad
me halagas cielo, y me hubiese gustado haberlo echo sola, pero necesité ayuda…
-¿Ayuda de quién?
-De la persona que parecía más inocente, por supuesto…
En ese momento Mj entró en la habitación…
-¿Tú?¿Cómo has podido? – le increpó Aarón.
-¿Cómo he podido? Muy fácil… En Cuentacuentos todos queríamos lo mismo, llegar
a escribir un libro algún día, pero erais demasiado buenos, y tuvimos que idear
un plan para deshacernos de la competencia… No es nada personal… Simplemente
que eras demasiado bueno…
-¿Y Hell? ¿Qué ha pasado con él?
-Es una lástima que llegásemos tarde… - dije irónicamente – Verdaderamente no
tenía que morir, pero tardaste demasiado tiempo…
-Esto no es culpa mía – gritó Aarón.
-¡Sí es culpa tuya! – le grite – Tú eres el protagonista y todos tus
movimientos te hacen culpable de lo que le pase al resto… Además tú has tenido
suerte, porque me han dicho que posiblemente quieran una segunda parte – y tras
esto le di un pico.
En ese momento se abrió la puerta de la habitación…
-Chicas, la comida está en la mesa, vamos o se nos va a enfriar…
-Beleita, ¿tú también? – exclamó Aarón incrédulo…
Y nos alejamos por el pasillo riéndonos… Nuestra novela iba a ser publicada y
nadie podría estropearlo… ¡Ni siquiera Aarón!”
*Frase de Aarón.